Estas semillas destacan por sus propiedades laxantes, emolientes (protectora de la piely las mucosas digestivas), saciantes, hipolipemiantes (reductor del colesterol), hipoglucemiantes (reductor de los índices de glucosa en sangre), hipotensoras, diuréticas, vitamínicas, remineralizantes, antisépticas y antibacterianas.
Su cultivo se inició probablemente en Oriente Próximo hace unos 10.000 años, y desde hace 5.000 años se tienen referencias históricas del uso de su fibra para confeccionar ropa y fabricar cuerdas, entre otros muchos usos.
Las semillas de lino, también conocidas por el nombre de linaza, ayudan a combatir los gases y las flatulencias, sobre todo si se le asocia a plantas que refuercen su acción.
Inflamaciones urinarias, cistitis, uretritis, uretritis y nefritis o inflamación del riñón.
La presencia de ácidos Omega 3 le confieren toda la fuerza para incidir positivamente en la reducción de los niveles de colesterol.
Proporcionan vitamina B1, que participa en los procesos de producción de energía y es esencial para la salud cardíaca y del sistema nervioso.
